La poesía participa de la musicalidad de los sonidos lingüísticos sabiamente combinados y de la significación de las palabras: no hay poesía sin comunicación. El creador escribe para ser leído. Aunque el mensaje poético es bello por definición, el artista no crea su obra para encerrarla bajo siete llaves. Esta es la grandeza, pero también la contingencia del poeta: la obra sin el destinatario es como un bebé al que se deja morir por inanición.
lunes, 29 de noviembre de 2021
Reseña sobre mi libro HACIA LA LUZ que Ana Garrido ha escrito y publicado en el número 25 de la revista LA HOJA AZUL EN BLANCO.
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