No sabes fingir, y sientes
tu verdad como la dices.
Tan sincera y transparente,
mi Raquel.
Y eres agua de la fuente
y eres néctar de la flor.
Siempre siento lo que sientes,
mi Raquel.
Y por eso todo el mundo
te valora tal cual eres:
tan noble como valiente.
Sí, Raquel
Misteriosa y sugerente,
exquisita y primorosa,
Ingenua e inteligente
es Raquel.
De entrega firme y serena,
de amor ferviente y sincero,
de palabra tan amena
es Raquel.
Sencilla e inteligente
de la cabeza a los pies
Te quiero tal como eres.
Sí, Raquel.
(En VIENTO DEL SUR, Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2009)
La poesía participa de la musicalidad de los sonidos lingüísticos sabiamente combinados y de la significación de las palabras: no hay poesía sin comunicación. El creador escribe para ser leído. Aunque el mensaje poético es bello por definición, el artista no crea su obra para encerrarla bajo siete llaves. Esta es la grandeza, pero también la contingencia del poeta: la obra sin el destinatario es como un bebé al que se deja morir por inanición.
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