Un poema de mi último libro PIEDRA DE LA HONDA editado por VITRUVIO:
LÁGRIMAS DE UN ÁNGEL ROTO
Lágrimas de un ángel roto
desierto en el desamparo
la niña perlas amargas.
Oculto a la luz del mundo
en la alfombra del dolor
llanto de un ángel sin alas.
Flor de gozo en carne virgen
desnudo abdomen puñal
morena espiga sin mácula.
E impermeable a la angustia
e insensible a los lamentos
filo de acero en las zarpas.
Gime el nardo por su flor
alondra herida, mujer,
moreno temblor de escarcha.
Y es el rubí del martirio
clavo en el lirio del pubis
tu feminidad mancada.
La poesía participa de la musicalidad de los sonidos lingüísticos sabiamente combinados y de la significación de las palabras: no hay poesía sin comunicación. El creador escribe para ser leído. Aunque el mensaje poético es bello por definición, el artista no crea su obra para encerrarla bajo siete llaves. Esta es la grandeza, pero también la contingencia del poeta: la obra sin el destinatario es como un bebé al que se deja morir por inanición.
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