CUANDO EL DOLOR ES UNA HIERBA MALA (continuación, V)
V
Y aunque el dolor es una zarza ardiente
Que no se apaga nunca
Que la carne te enciende
Y te quema los huesos,
Mi palabra es el trueno
Que yo pongo en tu boca
Como arma que derrota al silencio.
Sonará infatigable
De este grillo el chirrido
En alarma constante.
Y un clamor como broca
Quebrantará este muro
Que oprime hasta los sueños
Del pueblo palestino.
No, yo no puedo ni quiero encerrarme en mí mismo.
Copyright Antonio Capilla, Pozuelo de Alarcón, 22-7-2014
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