La poesía participa de la musicalidad de los sonidos lingüísticos sabiamente combinados y de la significación de las palabras: no hay poesía sin comunicación. El creador escribe para ser leído. Aunque el mensaje poético es bello por definición, el artista no crea su obra para encerrarla bajo siete llaves. Esta es la grandeza, pero también la contingencia del poeta: la obra sin el destinatario es como un bebé al que se deja morir por inanición.
martes, 2 de febrero de 2016
ÁLORA, LA BIEN CERCADA
Con motivo del XXV aniversario de la revista ÁLORA en la que tengo el honor de participar con uno de mis poemas, tengo el gusto de compartir con vosotros el cartel presentación del evento. Desde aquí mando un abrazo fraterno a José María Lopera, su fundador, y a Isabel Miguel por el trabajo de coordinación que lleva a cabo junto a José María.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario