Y TAL VEZ, QUIZÁS...
Y sigo la marcha
y miro la senda
y el sol que declina
ya su cabellera
cubriendo de rojo
la encrespada cresta
que de blanco armiño
lucía la sierra.
Ni sé mi destino
ni sé cuándo llega,
por eso el instante
que por mí no espera
procuro llenar
de cuanta belleza
y de cuanto amor
encuentro en la Tierra.
Y tal vez, quizás…
quizás sean mis huellas
las que un día, tal vez,
queden en la senda
cuando llegue al fin
exhausto y sin fuerzas
al fin del camino
en que está la meta.
Mas no tengo prisa
por gozar siquiera
del grato remanso
que sé que me espera
cuando al fin descanse,
exhausto y sin fuerzas
andado el camino,
en la madre tierra.
Antonio Capilla Loma, PIEDRA DE LA HONDA, Editorial VITRUVIO,.
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