Un poema de HACIA LA LUZ con mi deseo de que el 2021 derribe las barreras que ha levantado el 2020 y de que nos traiga salud y amor, sobre todo mucho amor porque donde hay amor nadie queda desamparado.
Y ahora me pregunto
cuando ya he recorrido
gran trecho de la senda
y es tiempo de alcanzar
la cumbre de mi canto:
¿Cuál es el poema
que persigo y deseo,
este soplo de luz
en medio de las sombras?
A mi razón recurro
y al sentimiento apelo
para que a mí me ayuden
a descifrar la clave
y lograr la respuesta
que desvela el enigma.
Quizás sea, quizás,
el que acaso yo escriba
al final de la marcha
cuando venga mi ocaso
y me acerque a la puerta
que al cabo he de pasar.
Quizás sea, quizás,
el que tal vez se alumbre
con el grito y el llanto
y la llama en el verso
y el fuego en la palabra
del canto que sostengo y me sublima.
Quizás sea, quizás,
el que acaso es la chispa
o el destello sublime
en la noche apagada
sin luna, sin estrellas
de nuestro largo exilio
de nuestra larga espera.
Quizás sea, quizás,
el que al cabo renazca
con las alas del tiempo
cuando acuda a la cita
y me funda en la fragua
y vuele hacia la luz
del hombre libre y justo que requiero
del hombre justo y libre que me llama.
Y el ser humano, el ser
que ansío sublimado,
ave fénix surgido
de su propia aflicción
de su propia miseria
de su propia oquedad
como águila de fuego
que se eleva en la noche
con las alas del tiempo,
nos nacerá sublime en el amor.
Antonio Capilla Loma, poema del libro HACIA LA LUZ, editorial Vitruvio, Madrid, 2020.
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