Ante tantos desaprensivos que han esquilmado las arcas públicas, aprovechándose del poder que le otorgan los diferentes organismos, resulta descorazonador ver cómo las fuerzas que deberían confluir para la regeneración ética del país se enfrentan entre sí. Esperemos que después de las elecciones generales trabajen codo con codo que es lo que desean los honestos y defraudados ciudadanos; porque, por encima de marbetes políticos e intereses partidistas, hoy la tarea más urgente es la de la regeneración. Así que, este es, y no otro, el leit motiv del poema que os dedico a continuación:
CON ANSIAS DE SER MOLINOS
La avaricia nos ataca
como tigre enfurecido
con las garras afiladas
y mostrando los colmillos.
La avaricia se abalanza
como endriago malparido
con las fauces bien abiertas
y un estómago infinito.
Ha parido un tiempo malo,
insensibles sus sentidos,
sin pan ni sal para el pobre
y colmado para el rico.
¿La crisis?, ved, la pantalla
de quienes mueven los hilos
manejando los fantoches
para llenar sus bolsillos.
¡Y olé los coches de lujo!
¿Y el pobre? - ¡Uy, que te pillo!
¡Y olé la gran opulencia!
¿Y el débil? - ¿Dónde está el bicho?
Ahora anuncian que la crisis
tocó fondo, ¡qué delirio!
Que lo digan los que pasan
las noches al raso vivo.
Dicen luego que está todo
encauzado y por su sitio.
Que lo digan los que tienen
la despensa de vacío.
Y dicen más, que sí... dicen
que crecemos de lo lindo,
que somos de la eurozona
líderes indiscutidos.
Qué desfachatez, sabiendo
que todo se ha desmentido
con datos bien contrastados
y por cauces fidedignos.
¡Ea!, que nos toman por tontos!,
ser honrado es no ser listo
es sin duda lo que piensan
los que nos comen el hígado.
Y, tú, ¿le pones la venda
a los ojos del vecino
porque los tuyos tapados
los tienes ya desde niño?
¿No quieres ver lo que pasa?,
¿prefieres estar tranquilo
pensando que allá en tu casa
jamás correrás peligro?
De los sin techo hay algunos
que pensaron lo mismito,
y ahora aunque el criterio cambien
¿remediarán lo ocurrido?
¡Qué pena que no reaccionen
los que pasan sin sentirlo!,
!qué pena que no comprendan
que hay muchos que pasan frío!
Que nuestra tierra no tiene
escasez de miel y vino,
la miseria la inoculan
parásitos malnacidos.
Qué pena, penita, pena
no tener siendo tantísimos
el valor de destrozar
el búnker de estos bandidos.
Unamos, pues, nuestros brazos
con ansias de ser molinos
para triturar, ¡que sí!,
aquello que está podrido.
Antonio Capilla Loma, Pozuelo, 13-2-2015
Antonio Capilla Loma, Pozuelo, 13-2-2015
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