Ayer confieso que me agradó mucho una intervención en el debate sobre el estado de la nación; no es difícil emocionarse con hermosas palabras que, al estar cargadas de razones, son como alas vigorosas que hacen que los sentimientos se eleven. Pero, ¡ay!, se elevan tanto... que terminan por alcanzar la cúspide de las experiencias vividas. Fue así, cómo al chocar el sentimiento con la experiencia vital, al igual que si de una gaseosa se tratase, el orador fue perdiendo para mí la fuerza por la boca. Tantas son las veces que hemos sido engañados, defraudados... que en este momento histórico necesitamos mucho más que palabras hermosas.
NUEVA MEDITACIÓN
Sí, ya sé que lo eterno es lo mudable
Que mi ser es efímero, fugaz...
Para mí solo existe lo que vivo
Que incluso en la falacia es muy real.
Y sé bien qué es luchar mientras camino
Dándome con entrega fraternal
Ya que siendo precaria mi existencia
El amor es mi goce y mi penar.
Así pues yo me siento en estos pagos
Como voz que ha bebido el manantial
Del engaño. Mas crezco y me transciendo
Por vivir el amor en mi cantar.
Antonio Capilla, Pozuelo, 25, 2, 2015
¡Hernosa y muy realista reflexión!
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Rosa Mª. Un abrazo.
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