BEBIENDO EL INFINITO DEL VINO DEL AMOR
Florecen mis
palabras, mujer, en primavera
Y buscan sus latidos la inspiración
del cielo;
Por ti sus letras quieren ser tuyas
las primeras
En ofrecer las
flores que adornarán tu pecho.
Los frutos de mi ingenio como un vergel entregan
Esencias de fragancia para cubrir tu cuerpo;
Mujer, yo a ti
me ofrezco como el rocío a la hiedra
Y vierto mis
semillas al limo de tu seno.
Fundidos nuestros cuerpos en soles de
pasión
Gozamos de una
estrella el fuego y su latir
Bebiendo el infinito
del vino del amor.
Con nuestro amor
los odres se colmarán así
Y el vino de la
dicha será para los dos
Como el edén ignoto y hallado en tu jardín.
En EL FUEGO EN LA PALABRA, Huerga y Fierro Ediciones, Madrid,
2012
Belo este poema...Pásion, fuego...cuerpos inflamados...el amor!Me encantó
ResponderEliminar