La poesía participa de la musicalidad de los sonidos lingüísticos sabiamente combinados y de la significación de las palabras: no hay poesía sin comunicación. El creador escribe para ser leído. Aunque el mensaje poético es bello por definición, el artista no crea su obra para encerrarla bajo siete llaves. Esta es la grandeza, pero también la contingencia del poeta: la obra sin el destinatario es como un bebé al que se deja morir por inanición.
lunes, 25 de marzo de 2019
ÁNFORA DE SENTIMIENTOS
Hoy el niño aquel que fui
me ha visitado de nuevo
jilguero de la inocencia
ánfora de sentimientos.
Semana Santa, saetas
en las calles de mi pueblo
sabor de un pueblo andaluz
que me llega en el recuerdo.
Martinetes para el Cristo
para el Cristo nazareno
tantas veces traicionado
por los judas sempiternos.
La Virgen detrás lo sigue
y es el corazón del pueblo
el que lo sigue con ella
oh, espejo del sufrimiento.
Penar de aquellos que vienen
a imagen del Nazareno
con la cruz a sus espaldas
en que inmolarán sus sueños.
Hoy el niño aquel que fui
me ha recordado de nuevo
lo que representa el Cristo
en el corazón del pueblo.
Copyright Antonio Capilla, Pozuelo de Alarcón, 25-3-2016.
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