CANTO DE LA INFANCIA
¿Ves aquellos montes?
Son los de mi pueblo...
Cuando yo era niño
Me contó el abuelo
Que en agrestes cimas
Aullidos siniestros
De lobos malignos
Colmaban los vientos.
Vamos Sombrainoche,
Que yo quiero verlo.
Anda caballito,
Caballito bueno.
Que añoro los tiempos
De feliz recuerdo
Cuando navegante
En delicados sueños
Dirigí la nave
De mi pensamiento
Por galaxias verdes
De bosques etéreos.
Arre Sombrainoche,
Que me abraso dentro.
Trota caballito,
Con cascos de acero.
Y en mis soledades
Nostalgia yo siento
De hamacas y gentes,
De niños y juegos,
De calles blanqueadas
Bajo los luceros,
De mi tierna infancia
Y de aquel abuelo...
Corre Sombrainoche,
Fuerte como el trueno.
Vuela caballito,
Con alma de fuego.
Oh, cuánta nostalgia
De aquel viejo ameno...
Su petaca negra,
Sus cansados dedos
Mariposeando
En el tabaco negro,
Aquel dulce rito
Tan dulce y sereno.
Raudo caballito,
Que ya falta menos.
Hale, Sombrainoche,
Caballito negro.
Que añoro las cosas
De aquel niño bueno
Que en horas nocturnas
De umbral veraniego
Albergó en su alma
Sentimientos bellos.
Sus casitas blancas...
Su blanco universo...
Vamos, buen amigo,
Que es mi amado pueblo.
Vuela, caballito,
Que yo quiero verlo.
¡Que bonitos recuerdos de infancia!
ResponderEliminarTodo enmarcada con estas hermosas palabras que hacen trasladar a aquellos momentos, aunque sean diferentes paisajes y protagonistas.
¡Sigamos galopando sombrainoche! El Jinete siempre a formado parte de ellos, montado en sus recuerdos.
Me quito el sombrero, Antonio.
Un saludo.
Qué maravilla! Qué cortejo de imágenes poéticas tan nuestro, tan entrañable y de la tierra.
ResponderEliminarA caballo nos llevas del agridulce sabor de la infancia bien vestido de versos
Si me lo permites..este poema-joya me llevo a mi espacio
ResponderEliminarUn abrazo
Pedro Luis, un honor tener tus comentarios. Y a ti, Amaya, mil gracias
ResponderEliminarpor llevarte a mi Sombrainoche contigo.
Mi afecto sincero para ambos.