LA
PALMERA
Erguida,
enhiesta, firme,
Esbelta
y compasada
Por
las brisas marinas
Socavas
la bóveda del cielo
En
incansable afán.
Compañera
del mar
De
hirsuta cabellera,
Te
hundes en la arena y la sostienes
Manteniendo
esta fuerza
El
infinito eterno que te llama.
Centinela
del tiempo,
Eres
Antorcha Olímpica
Vencedora
del sol y la tormenta,
Del
viento huracanado y el ciclón...
Y
eres espiga que en el talle cede
Cuando
el hado golpea sin piedad
Para
volver a erguirte siempre
Porque
tú tienes temple de mujer.
(Antonio
Capilla, poema inédito, Pozuelo, 2013)
Bello poema a la palmera.
ResponderEliminarUn afecctuoso saludo
Gracias, Josefa. Un abrazo.
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